Introducción
La comunicación es el acto por
el cual un individuo establece con otro un contacto que le permite transmitir
una información. En la comunicación intervienen diversos elementos que pueden
facilitar o dificultar el proceso.
La comunicación eficaz entre
dos personas se produce cuando el receptor interpreta el mensaje en el sentido
que pretende el emisor.
Proceso de la comunicación |
TIPOS DE COMUNICACIÓN
- La comunicación verbal se refiere a las
palabras que utilizamos y a las inflexiones de nuestra voz (tono de voz).
- La comunicación no verbal hace referencia a un
gran número de canales, entre los que se podrían citar como los más
importantes el contacto visual, los gestos faciales, los movimientos de
brazos y manos o la postura y la distancia corporal.
Comunicación verbal
Comunicación no
verbal
- Contacto visual
- Gestos faciales (expresión de la cara)
- Movimientos de brazos y manos
- Postura y distancia corporal
Desarrollo
TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN EFICAZ
La Escucha Activa
La escucha activa es una forma de atención dinámica e intencionada que
conlleva la percepción integral de la comunicación en sus aspectos de contenido
y de relación, además de un reconocimiento explícito del otro.
Su utilización sistemática aporta una serie de notables mejoras en la
comunicación:
n Incrementa la claridad del
contenido de los mensajes.
n Disminuye la contaminación
emocional.
n Favorece la autoestima.
n Mejora la calidad de las
relaciones interpersonales.
n Aceptación: escuchar
a-críticamente y sin prejuicio.
n Clasificación: separar los
contenidos informativos de los relacionales.
Retroalimentación o
feed-back: demostrar que hemos escuchado, centrándonos en los hechos y dejando de
lado opiniones personales o emociones que pudiesen perturbar nuestra
objetividad.
La retroalimentación es
importante pues es la que nos indicara si nuestra comunicación se lleva a cabo
de una manera eficiente y nos permitirá saber si nuestro mensaje fue entendido
o no
Algunos aspectos que mejoran la
comunicación:
- Al criticar a otra persona, hablar de lo que
hace, no de lo que es. Las etiquetas no ayudan a que la
persona cambie, sino que refuerzan sus defensas. Hablar de lo que es una
persona sería: "te has vuelto a olvidar de sacar la basura. Eres un
desastre"; mientras que hablar de lo que hace sería: "te has
vuelto a olvidar de sacar la basura. Últimamente te olvidas mucho de las
cosas".
- Discutir los temas de uno en uno,
no "aprovechar" que se está discutiendo, por ejemplo sobre la
impuntualidad de la pareja, para reprocharle de paso que es un despistado,
un olvidadizo y que no es cariñoso.
- No ir acumulando emociones negativas sin
comunicarlas, ya que producirían un estallido que
conduciría a una hostilidad destructiva.
- No hablar del pasado.
Rememorar antiguas ventajas, o sacar a relucir los “trapos sucios” del
pasado, no sólo no aporta nada provechoso, sino que despierta malos
sentimientos. El pasado sólo debe sacarse a colación constructivamente,
para utilizarlo de modelo cuando ha sido bueno e intentamos volver a poner
en marcha conductas positivas quizá algo olvidadas. Pero es evidente que
el pasado no puede cambiarse; por tanto hay que dirigir las energías al
presente y al futuro.
- Ser específico. Ser
específico, concreto, preciso, es una de las normas principales de la
comunicación. Tras una comunicación específica, hay cambios; es una forma
concreta de avanzar. Cuando se es inespecífico, rara vez se moviliza nada.
Si por ejemplo, nos sentimos solos/as y deseamos más tiempo para estar con
nuestra pareja, no le diga únicamente algo así: “No me haces caso”, “Me
siento solo/a”, “Siempre estás ocupado/a”. Aunque tal formulación exprese
un sentimiento, si no hacemos una propuesta específica, probablemente las
cosas no cambiarán. Sería apropiado añadir algo más. Por ejemplo: “¿Qué te
parece si ambos nos comprometemos a dejar todo lo que tenemos entre manos
a las 9 de la noche, y así podremos cenar juntos y charlar?”.
- Evitar las generalizaciones.
Los términos "siempre" y "nunca" raras veces son
ciertos y tienden a formar etiquetas. Es diferente decir:
"últimamente te veo algo ausente" que "siempre estás en las
nubes". Para ser justos y honestos, para llegar a acuerdos, para
producir cambios, resultan más efectivas expresiones del tipo: “La mayoría
de veces”, “En ocasiones”, “Algunas veces”, “Frecuentemente”. Son formas
de expresión que permiten al otro sentirse correctamente valorado.
- Ser breve. Repetir varias veces
lo mismo con distintas palabras, o alargar excesivamente el planteamiento,
no es agradable para quién escucha. Produce la sensación de ser tratado
como alguien de pocas luces o como un niño. En todo caso, corre el peligro
de que le rehúyan por pesado cuando empiece a hablar. Hay que recordar
que: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.
- Cuidar la comunicación no verbal.
Para ello, tendremos en cuenta lo siguiente:
- La
comunicación no verbal debe de ir acorde con la verbal.
- Contacto
visual.
- Afecto.
- Elegir el lugar y el momento adecuados. En
ocasiones, un buen estilo comunicativo, un modelo coherente o un contenido
adecuado pueden irse al traste si no hemos elegido el momento adecuado
para transmitirlo o entablar una relación. Es importante cuidar algunos aspectos
que se refieren al momento en el que se quiere establecer la comunicación:
- El
ambiente: el lugar, el ruido que exista, el nivel de intimidad...
- Si
vamos a criticar o pedir explicaciones debemos esperar a estar a solas
con nuestro interlocutor.
- Si
vamos a elogiarlo, será bueno que esté con su grupo u otras personas
significativas.
- Si ha comenzado una discusión y vemos que se nos escapa de las manos o que no es el momento apropiado utilizaremos frases como: “si no te importa podemos seguir discutiendo esto en... más tarde”.
Conclusión
1. Escucha. Escuchar no significa dejar que el otro hable sin interrumpirlo,
esperando a que termine para entonces yo decirle en qué está mal. Escuchar es
realmente ponerme en los zapatos de la otra persona. Entender qué siente y por
qué lo siente. Entender qué de lo que yo he hecho o dicho le está afectando de
qué manera.
2. Resuelve el problema presente. No hay que traer 10 ejemplos pasados que se parecen al problema
presente. No van a poder resolver todos y solamente va a hacer que el enojo
aumente.
3. Habla de lo que sientes, no critiques a
la otra persona. No juzgues al otro con
calificativos como: estás mal, siempre te equivocas, eres muy malgeniado. Habla
de lo que tú sientes. Hazte responsable de tus sentimientos, en vez de atacar al
otro.
4. No reacciones a la crítica. Si la otra persona te critica, mantén tu tranquilidad. Se trata de que no te
sientas vulnerable a los comentarios de la otra persona. Que entiendas que el
otro está alterado y por lo tanto va a tratar de defenderse. No es nada fácil
no tomarse personal este tipo de críticas en medio de un conflicto.
5. Reconoce tus errores. Una vez que hayas escuchado lo que la otra persona tiene que
decir, reconoce la parte que sí te corresponde. En la gran mayoría de los
conflictos, las dos partes tienen parte de la responsabilidad. A veces queremos
hacernos víctimas y poner a la otra persona como la causante absoluta del
conflicto, pero si somos objetivos y realmente aprendemos a escuchar, podrás
darte cuenta de cuál es tu parte en el conflicto.
*Muchos problemas de comunicación se deben a malos
entendidos e interpretaciones incorrectas. Unos y otras tienden a presentarse
con menor frecuencia si se cerciora uno de que el circuito de retroalimentación
se usa en el proceso de la comunicación. La retroalimentación puede ser verbal
o escrita.
Bibliografía
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